Me ocurre tantas veces; es como si el tiempo se detuviera de repente y viera mis pensamientos escribiéndose en una hoja en blanco con soltura y determinación, a través de esas palabras que ni yo he elegido pero que mi mente me dicta. Me sucede en cualquier sitio, en el metro mientras voy o vuelvo del trabajo, paseando por la calle, en casa mientras cocino o escucho la radio, leyendo un libro y dejando volar mis ideas a la deriva de lo que cada línea me sugiere...
Y después me siento ante una hoja, o ante la pantalla de mi ordenador, y me es casi imposible "repetirme" esas líneas etéreas que mi mente ha escrito con detalle unas horas o tan sólo un momento antes. Y siento que me gustaría llevar siempre colgada al cuello una pequeña libreta, una grabadora para atrapar en el aire esas cadenas de palabras como si de mariposas se tratara.
Y me maldigo por ello, y me enfado conmigo mismo pensando que tal vez nunca pueda ver escritas con palabras esas imágenes, ideas, reflexiones o sentimientos que tan absorto me han tenido...
Envidio a las escritoras y escritores... es una sana envidia, pero ¡qué leche! les envidio, y me gustaría juguetear con las palabras como ellas-os, construir sensaciones, vivencias o imágenes tan sólo con un lápiz y un trozo de papel.
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