lunes, 28 de julio de 2008

Permiso para vivir

Hace poco, este mes de julio, la prensa nos "regalaba" por la mañana con la noticia de la muerte de 13 personas "migrantes" en la patera en la que intentaban llegar a las costas de nuestro país. De los 13 fallecidos 9 eran niños pequeños, de entre 9 meses y 4 años de edad...
Parece que ya nos hubiéramos acostumbrado a estas terribles "nuevas", a este largo "rosario" de muertes, de "papeles mojados, papeles sin dueño" que se escribe cada pocos días a las puertas de nuestro tranquilo mundo, de nuestros confortables hogares y vidas...
Los seres humanos nos acostumbramos demasiado pronto a la tragedia, especialmente a la tragedia "ajena", al dolor que no llama a nuestra puerta... nueve niños, nueve... casi bebés, a los que el destino -su particular destino o azar- ha negado el derecho a la vida, a existir, a crecer, a jugar, a sonreir, a amar... podían haber sido mis hijos, los tuyos... pero los míos tuvieron la "suerte" de nacer aquí, en el "primer" mundo, a este lado de la existencia, en el jardín de las flores, los juegos, el color y los derechos... al final sólo cabe pensar que todo es un poco fruto de ese azar ciego e indiscriminado que, en esto del permiso a vivir, siempre nos obsequia a los mismos.
¿Hasta cuándo más seres humanos necesitarán nuestro "permiso" para vivir, para tener oportunidades... para no morir? ¿Y hasta cuándo vamos a permanecer ciegos y sordos ante esta tragedia?