Te tenía ya un poco abandonado, mi blog. Hay veces que la vida se me escapa de las manos como si fuera agua que quisiera atrapar entre mis dedos. Y no me queda -¿o no me lo doy?- un breve espacio de silencio para escucharme a mí mismo. Hoy la vida me sabe a humedad, a viento suave, a color violeta... y al fondo, desdibujado, mi yo casi imperceptible, se confunde con la lejanía.
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